viernes, 4 de mayo de 2012

Perú y la fiesta trasandina, ¿cuánto se ha avanzado?


Los Juegos Trasandinos nacieron de un ideal que no pasa necesariamente por la simple confraternidad deportiva. Los Judejutson respuesta al centralismo y a la exclusión de deportistas provincianoso del interior que sin mayores opciones de representar a sus países en torneos internacionales vivían una frustración constante. Ya en su XIV edición el movimiento trasandino es uno de los más importantes de Sudamérica trasladando todos los años a un promedio de 3 mil deportistas.
Chile, Argentina, Bolivia y Perú  han visto en los Juegos a un desfogue que necesitan sus deportistas para demostrar que están en condiciones de representar internacionalmente a sus países y de paso, lo más importante, ha generado una mayor actividad deportiva que se plasma en que el nivel deportivo sea ido superando año a año.
Otro logro visible es que se ha ganado mucho en lo que es infraestructura deportiva pero no solo porque se mejoró la que se tenía sino que se ha construido nuevos escenarios como coliseos, pistas de atletismo, etc.
Los XIV Juegos Trasandinos (3 al 8 de mayo)  reunirán a tres mil 348 personas entre deportistas (hasta 19 años de edad), dirigentes y personal auxiliar que se repartirán en las siguientes sedes: Puno (648), Moquegua (558), Tacna (612), Cusco (882) y Arequipa (648).
Participarán 18 selecciones. Por Argentina llegan La Rioja, que hasta el último minuto estuvo indecisa en competir, Salta, Jujuy y Catamarca; por Chile van Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo; por Bolivia Tarija, Chuquisaca, Potosí y Oruro; y por Perú: Puno, Cusco, Tacna, Moquegua y Arequipa.
Se competirá en ocho disciplinas deportivas distribuidas de la siguiente manera: Arequipa (Ciclismo de ruta, básquet damas y tenis de mesa), Cusco (básquet varones, judo y natación), Puno (atletismo), Moquegua (vóley varones y gimnasia) y Tacna (tae kwon do y vóley damas).
Movimiento trasandino
Todos los años miles de atletas se preparan exclusivamente para esta competencia. La importancia que se le ha dado en Argentina, Chile y Bolivia es, lamentablemente, mayor a la que goza en Perú.
Mientras en esos países su presupuesto lo manejan descentralizadamente a través de sus gobiernos o intendencias; en Perú aún se tiene que solicitar la aprobación del IPD-Nacional que es el que los financia, mientras que los gobiernos regionales y municipalidades provinciales simplemente se hacen de la vista gorda y no apoyan salvo en temporadas de elecciones.
Estos XIV Juegos fueron presupuestados en cinco millones de soles de los cuales el IPD aprobó en un primer instante algo más de 800 mil soles y luego tras una revaluación soltaron tres millones 500 mil soles; es decir ya hay un déficit de un millón 500 mil soles que se han perjudicado directamente la preparación de las selecciones que ante esta situación tuvieron que suspender sus “topes” regionales y otro punto más, la promoción interna de la justa más importante en Sudamerica, quizá a la par de los Juegos Bolivarianos, por la cantidad de participantes que reúne.
Los Trasandinos además de su objetivo deportivo tienen uno de promoción de las ciudades y ni en eso se ha pensado. Arequipa debe ser la menos presentable por el calamitoso estado de sus vías y por el poco interés de sus autoridades para dar el verdadero valor a un evento de ribetes ya históricos.
Deportivamente los Judejut dejan la sensación de haber evolucionado, de abrir las puertas internacionales a deportistas que con solo integrar una selección trasandina gozan de ingreso libre a la universidad por ser "deportistas destacados", pero luego de que cumplan 19 años y ya no puedan competir, qué se hace con ellos. 
Simplemente se los deja circular, se les quita toda la atención y todo el trabajo de ellos y la inversión en ellos se va al tacho. Cuántos deportistas se han perdido porque no existe una política para seguir explotando su potencial. Cuánto el IPD ha madurado para darse cuenta que invierte solo a corto plazo, que no mira al horizonte, que no ambiciona algo que quizá otras coyunturas sí lo hacen. El deportista es material humano valorable por triunfos, pero cuándo no se lo valora qué pasa con ese muchacho que a los 19 años se da cuenta que ya no tiene a dónde ir.
Hay un vacío en los Judejut y es, después de los 19 años qué hacer. Se deja a los atletas en sus ligas, ni a los buenos ni a los malos se les hace un seguimiento, no se los apoya y simplemente ya en la universidad se pierden para el deporte. Muy pocos son los que han logrado metas post trasandinos. Casos palpables son los de Rocio Huillca que llegó a ser campeona sudamericana o Mario Bazán, que no siendo arequipeño compitió desde los 16 años por esta ciudad y ha clasificado a los Juegos Olímpicos de Lóndres. Contemos a más. Si el universo que se ha manejado es por Perú un promedio de 800 deportistas por edición, cuántos han llegado si quiera a integrar una selección nacional.
Tras los Juegos se debe realizar un nuevo análisis, ahora olvidándose de los primeros puestos para ver a qué apuntan los Judejut, qué pretende Arequipa de este evento y si le puede sacar mayor provecho.

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